LA GRAN MISIÓN: MOVILIZACIÓN CATÓLICA EN GROCIO PRADO
Una gran cantidad de fieles católicos vienen participando en la Gran Misión en el distrito de Grocio Prado en Chincha, actividad que promueve el Padre Martín Cabrera De la Cruz, Párroco de la Parroquia San Pe-dro de la tierra de Melchorita.
En este distrito, la Gran Misión se inició el año pasado por el mes de agosto y será clausurado el 30 del próximo mes, donde se han programado la realización de bautismo comunitario, y por la noche se celebrarán matrimonio también comunitario.
Culminada la tradicional mi-sa, -el domingo último- los fieles se ubicaron frente al templo en construcción, donde el Padre Martin, frente a la Biblia y la Virgencita, ofrece unas palabras sobre el significado de esta gran misión, repitiendo las palabras del Papa Francisco, que dice, “salgan a la calle a evangelizar” considerando que hay tanta gente de afuera que no escucha la palabra de Dios, que nunca va a Misa y nunca acude al templo, reafirmando que la Iglesia tiene que salir afuera, cantando y alabando al Señor y “en un lugar hagan una celebración de la Palabra”.
Con canticos y oraciones, la multitud inicia un recorrido hacia algún lugar de Grocio Prado y el domingo 6 de julio, escogieron la caminata hacia la calle San José, en cuyo recorrido se ubicaron en el frontis de la casa del señor Roberto Tasayco, uno de los primeros grociopradinos que participaron desde el año pasado en esta Gran Misión y que ahora, por estar delicado de salud no los acompañan en la caminata; pe-ro sí de una u otra forma está presente para escuchar los mensajes del Párroco.
El Padre Martin Cabrera, declaró brevemente a nuestro medio, que la campaña de la Parroquia San Pedro, es salir a evangelizar y que esta vez, (el domingo pasado) correspondía caminar hacia la calle San José.
Los fieles portando banderas de colores, otros tocando instrumentos musicales, dan el fondo de los canticos religiosos escuchándose las oraciones recalcando las frases del Papa: “Salgan a las calles”.
Y de allí la multitud se concentra en la última cuadra de la mencionada calle, donde ya se había preparado un altar para hacer las lecturas bíblicas programadas.
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